Los cuatro hermanos llegan a un pueblo que incendió el pendejo búho. Por medio de malas jugadas y estafas monetarias, continúan su camino para rescatar al resto de las señoras que quedaron atrapadas por el antagonista. Ya nos cansamos… llevamos mucho tiempo jugando esto.

Nuestro viaje nos ha llevado a un mundo de adicción y abusos. Emmanuel no puede controlar su necesidad física por los esteroides, lo que lo lanza a un torbellino de depresión, desesperación y el incremento de malas decisiones. Emmanuel necesita ayuda.

Tuvimos el deseo de mandar nuestra misión a la chingada, pues llegamos a un lugar del que no queríamos partir, pero por alguna razón llegamos al cielo y seguimos rescatando reyes de convertirse en feos animales. Luigi es ahora un fetiche sexual para los fantasmas.

Llevo meses sin ver a mi familia porque aparentemente fueron cersenados por el robot mayor. Encerrado en este laberinto junto al imbécil supositorio es mucho más que una tortura. Conforme pasa el tiempo, las esperanzas de escapar son cada vez menores y… se me antoja un gansito. Un gansito… INGRIIIIIIIID!!!!

Hemos caminado kilómetros, asesinando monstruos a sangre fría, hurtando dinero a mano armada, invadiendo propiedad privada y cometiendo acoso sexual a varias doncellas a lo largo de nuestro viaje, por lo que hemos caido en las profundidades de un calabozo, en donde impacientemente esperamos nuestra sentencia.

Como nuestra naturaleza es la de ayudar a nuestra comunidad, hemos decidido interrumpir la celebración nupcial de una pareja… a punta de pinches chingadazos!!! Lo que como consecuencia tiene la muerte del novio y el constante deseo de venganza por parte de un mejor amigo que hoy es un zombi.

Enfrentándose a hongos fraudulentos, tortugas mutantes con un deseo sexual insaciable y pequeños trozos de fuego que buscan una relación sadomasoquista, Luigi se da cuenta de que cada lugar que visita está plagada de nativos con un fetiche relacionado con su bigote. Mientras, Mario se encarga de pasar el pinche juego… cómo eres malo, Emmanuel.

Después de una tremenda peda en la que uno de nosotros se dió a un búho, nuestra misión de rescatar a las señoras encerradas en un cristal comienza. Con cientos de malos entendidos y un extraño reptil, nos tropezamos al recorrer un arduo camino.

Han robado el cristal que el rey tenía en el trono por ser un ególatra y creer que puede adornar sus chingaderas con artefactos sagrados. Ahora es nuestro trabajo recuperar el cristal y a las hijas sabrosas del rey, oh sí.

Nuestra aventura comienza con los dos hermanos favoritos del mundo, el Niño Bigotón y el Niño Descalzo, quienes buscan rescatar a la princesa que está encerrada en un cuarto sola con un celular. En nuestro camino nos encontramos con un hongo que estaba jugando con un dildo que cobró vida y otro que experimentaba con medicina alternativa.