Llegó el día en el que después de recorrer toda la puta isla y no pasar por atrás de la cabaña del abuelo, nos enfrentamos al señor pirata rey con la panza de oro porque sí tiene varo, la verdad. Todo resultó en un enorme mal entendido por el cual nos metimos en problemas, pues se trataba del proveedor de drogas del abuelo.