Inicias la semana con un rostro amargo, horrible como todo un perdedor. Te comes un cereal muy viejo, después de verte al espejo y te preguntas si la vida te dará algo mejor.
Inicias la semana con un rostro amargo, horrible como todo un perdedor. Te comes un cereal muy viejo, después de verte al espejo y te preguntas si la vida te dará algo mejor.